Desde que en 1996 General Motors (GM) construyó su planta  automotriz en Silao, Guanajuato, nadie imaginó que esta zona del país iba a alcanzar un importante desarrollo en la industria.

En 2013 Volkswagen inauguró su planta número 100 en Silao, Gto., la cual comenzó a fabricar más de 300 mil motores al año para los mercados de Norteamérica. En este proyecto, Volkswagen invirtió 550 millones de dólares.

En pocos años el Bajío se convirtió en la zona industrial automotriz de mayor dinamismo del país.

En Aguascalientes, Nissan operaba una planta que amplió en 2013. Con la inauguración de Aguascalientes II, la firma japonesa espera producir un millón de vehículos en 2016, según declaraciones de Carlos Ghosn, presidente de la alianza Renault-Nissan. Otras empresas automotrices instalaron plantas en Celaya, Querétaro y San Luis Potosí.

Al informar que de enero a septiembre de 2013 el Bajío logró un monto histórico de inversión extranjera directa, la Secretaría de Economía de Guanajuato destacó: “el estado pasó de tener sólo una armadora a ser sede de cuatro plantas automotrices, con la llegada de Mazda, Honda y Volkswagen.

Hoy en el estado operan empresas del ramo denominadas de clase mundial, como son: Cie Celaya, Continental, Condumex, Flex & Gate, Faurecia, GST auto leather, GKN Driveline, Hirotec, Hino Motors, Pirelli, Pintura, Estampado y Montaje, Seglo Group, Hutchinson, Lear Corporation, Schaffler y Monroe México, entre otras.

Así el Bajío se hizo de una red de infraestructura automotriz y una industria en gran desarrollo.

Eduardo J. Solís Sánchez, presidente Ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) informó que en el periodo enero-marzo se alcanzó la cifra histórica de 774 mil 314 unidades (tres veces más que en todo el año de 1970).

La fabricación de autos es el ejemplo más ilustrativo de los alcances del México de mercados abiertos.

La ciudad de Silao ahora es otra.

Hoy Silao, junto con Aguascalientes, Celaya, Querétaro y San Luis Potosí, entre otras entidades, forman parte de la mayor transformación productiva del país: el Triángulo Dorado de la Producción Automotriz de México.

En el Bajío se genera el 30% de la producción nacional de autopartes (el valor de producción de este sector a nivel nacional es de 75 mil millones de dólares); con una ocupación de 170 mil trabajadores, según Oscar Albín Santos, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, AC (INA).

 “De acuerdo al INEGI, la remuneración promedio nacional de la manufactura, este organismo lo llama salario compuesto, es 9,354 pesos. En el sector nuestro, en la fabricación de autos y caminos, es 21,582 pesos. Yo le había dicho el doble, pero es más del doble”, aclaró el presidente Ejecutivo de la AMIA.

Esa productividad que despertó con la apertura económica de México en 1994, hoy se expresa en una fuerte penetración en los mercados internacionales. “Hemos logrado una cifra de exportación de 428 mil 376 unidades a Estados Unidos, cantidad que nos permitió una participación del 11.5% en las ventas totales en EU”, concluye Solís Sánchez.

Los datos muestran que la ofensiva exportadora de México va en aumento. En el primer trimestre de 2014, “superamos a Japón para colocarnos como el segundo proveedor de autos en el mercado de EU”, precisó el representante de AMIA. Aun así, la industria automotriz que opera en México tiene dos retos más. Por un lado, incrementar ventas en el mercado interno y por otro, coordinar con el gobierno estrategias que pongan freno a la importación de vehículos “chocolate”.

Fuente: mundoejecutivo.com.mx