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Galería: Corvette L88 Roadster Convertible 1967

 

El mundo de los autos se encuentra lleno de historias  fantásticas, excéntricas y algunas verdaderamente extraordinarias, muchas son mitos y otras por difícil que parezcan de creer, verdaderas como esta que les dejo aquí. El fabuloso Corvette L88 limitado, perdón quise decir extra limitado a 20 unidades.

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Si realmente existe una fascinación por un auto, tú como fabricante quieres que sea muy exclusivo, buscas una idea fantástica que sólo unos cuantos puedas hablar de ella y que lo que se diga de la nave, sea realmente formidable.

 

 

La historia del L88 Roadster Convertible 1967 tiene como muchas otras, el factor de la exclusividad como punto inicial, pero en este hay algo más, y es que uno de estas 20 piezas, perteneció a Tony  DeLorenzo Jr, uno de los corredores de Corvett más exitoso de la historia.

Hijo de Anthony G. DeLorenzo, ejecutivo de Relaciones Públicas de General Motors, Tony pidió a su padre, el nuevo auto de la compañía Corvette 1964, Anthony seguramente pensó que el joven entusiasta deseaba pasear en aquel soberano lujo, sin imaginar que su hijo planeaba llevar el Corvette a la escuela de manejo la firme idea de competir en la SCCA.

El ejemplar que se le entregó fue un cupé negro motor a gasolina asociado a una transmisión manual M20 de 4 relaciones, frenos de tambor con aletas de alta resistencia, ruedas de aluminio desmontables y eliminación de radio.

 

 

Tanto Tony como su hermano mayor Peter estaban tan entusiasmados que a la llegada del auto decidieron preparar el Corvette para el trabajo en pista, lo desnudaron e instalaron una barra antivuelco.

En alguna ocasión Peter contó que un día mientras trabajaba en las ventas promocionales de Chevrolet su hermanó recibió la que sería una de las mejores noticias de su vida. Tras una llamada telefónica se encontraba “El padre del Corvette” Zora Arkus-Duntov, quien fuera el hombre que convirtió el Corvette en un auto deportivo con motor central

La idea de la llamada era que el auto fuera puesto en manos de Chevrolet Engineering en Warren, Michigan, para "ocuparse de algunas cosas". ¿De qué cosas?

Entre otras las modificaciones en los frenos, la suspensión y el motor.

 

 

Cuando Tony culminó su adiestramiento y logró significativamente aumentar su destreza en el manejo tras la instrucción de la escuela SCCA, Zora Arkus-Duntov comenzó a desarrollar el mítico motor 427 Mark IV, de esta forma su trabajo llegó para convertirse en la pieza central del paquete opcional RPO L88.

¿De que manera lo hizo? Usando un bloque de hierro fundido reforzado con una red principal de 4 pernos e incorporando una manivela de acero forjado y Tuftrided, varillas forjadas, pistones 12.5: 1, cabezales de aluminio, una leva radical de elevación sólida, un carburador Holley 850 CFM de 4 barriles de doble alimentación encima de un colector de admisión de aluminio plenumed, y un encendido transistorizado K66, el L88 se convirtió en un motor único y formidable.

El poderoso Mark IV en el L88 solo se podía obtener con un volante ligero y un embrague de servicio pesado, asociado a la transmisión manual de 4 relaciones  M22 "Rock Crusher", frenos de potencia especiales J50 de servicio pesado con pinzas de servicio, suspensión F41, la parte trasera de Positracción G81 a prueba de balas, radiador de flujo cruzado especial y borrado de radio / calentador.

 

 

El resultado fue un potencia ilimitado para el Corvette L88 Roadster, lo que se tradujo bajo la inspiración y alcance competitivo de Tony en un dominio implacable dentro de las carreras.

Cabe mencionar que hasta la llegada del ZR1 este motor y su mecánica poderosa de 567 CV no habían sido superados, nada mal para un auto de ¡hace 40 años!

Como les mencionaba al principio del texto solo fuero fabricados 20 de estos de las 22 mil 940 unidades en total.

 

 

Existes otros 19 que no fuero propiedad del legendario Tony DeLorenzo, pero son piezas que conservan todas las cualidades difícilmente de superar no por un Corvette, sino también muchísimos autos, a menos que tengas un superdeportivo.

 

 

Un Roadster que corra a más de 310 kilómetros por hora, incluso hoy es complicado, imagínate la proeza de un hombre a esa velocidad por aquellos años.

 

Por: Ray Espinosa

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