Estandarte indiscutible de la marca, el Civic, el segundo automóvil más vendido de la historia, ha aportado impresionantes cifras desde su llegada al mercado y hoy representa alrededor del 25% del total de automóviles fabricados por Honda. Todo un fenómeno global, pues se fabrica en 9 plantas de producción y se comercializa en 170 países. A México llegó en 1997, con la sexta generación en versiones de 2 y 4 puertas, y desde entonces ha sido un auto icónico en el segmento de compactos.
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Y ahora, en su décima generación, el Honda Civic sigue en plena forma, desarrollado para triunfar en los cinco continentes y con las mejores cifras de ventas de su historia: 800,380 unidades comercializadas en 2017, lo convierten en el quinto modelo de automóvil más vendido del mundo, según datos de JATO Dynamics. Y al igual que sus antecesores, el Honda Civic acumula numerosos reconocimientos en cuanto a diseño e innovación, de prestigiosos medios como la revista BBC Top Gear, el Premio Motor Axel Springer como Mejor Compacto, reconocimientos de Car and Driver, el mejor compacto del «Coche del Año 2017» de Motor.es, y muchos más alrededor del mundo.
El Honda Civic siempre ha sido un coche único y diferente, que no ha seguido los cánones de su segmento y ha innovado con nuevas tecnologías. Esa originalidad ha sido preservada y refinada a lo largo de todas sus generaciones. Desde su misma concepción a principios de los años 70, fue un modelo que rompió esquemas.
El primer paso para avanzar de la idea al desarrollo de un modelo comercial fue definir su valor intrínseco. El nuevo Honda sería “utilitario y minimalista, capaz de ofrecer una combinación perfecta de tamaño, funcionamiento y economía”, un concepto que partía de un sentimiento inconformista con lo que entonces ofrecía el mercado japonés.
Así surgió un modelo de dos volúmenes, con el interior y cajuela integrados en la misma carrocería, con un formato de motor frontal transversal y tracción delantera transversalmente. Una apuesta disruptiva en un momento en el que la norma en Japón eran los compactos de tres volúmenes. Y en solo dos años –un récord incluso a día de hoy- se desarrolló desde cero un coche que ha hecho historia.
Pero la identidad del Civic va mucho más allá de la versatilidad: detrás de su popularidad como vehículo económico y útil se esconde un pionero de la eficiencia energética y el ahorro de combustible. El Civic fue el primer coche del mundo en cumplir con la estricta normativa de la Agencia de Protección Medioambiental americana (EPA), que limitaba radicalmente el consumo de combustible. Y es que el Civic original, con motor CVCC, obtuvo las clasificaciones en ahorro de combustible más altas de la organización durante cuatro años seguidos.
A partir de entonces, el Civic fue explorando alternativas energéticas. En 1995 fue el primer coche en cumplir con la estricta ley californiana de vehículos de bajas emisiones (LEV); en 1998 apareció la versión propulsada con gas natural y en 2001 la EPA consideró el Civic como el modelo con el motor de combustión interna más limpio hasta el momento. Tan sólo un año más tarde, en 2002, se lanzó una versión híbrida.
Casi medio siglo después de presentarse al mercado, Honda ha cosechado un éxito similar al del Civic original con la décima generación actualmente a la venta, uno de los primeros automóviles del mundo en cumplir con la nueva normativa EURO 6d-TEMP para motores a diésel, que ha mejorado sus consumos y emisiones con los nuevos –y más estrictos- ciclos de homologación WLTP. Y sin necesidad de emplear aditivos de urea Adblue.
En muchos sentidos el Civic es un símbolo de la filosofía Honda. No sólo nació y evolucionó como un coche pensado “para la gente”, energéticamente eficiente y divertido de conducir, sino que a lo largo de su evolución representó principios y valores fundamentales de la compañía. En los años 80, la tercera generación del Civic fue la primera en incorporar la versión Civic SI con motor DOHC y tecnología proveniente de la Fórmula 1, poniendo de relieve el objetivo innovador de la apuesta de Honda por los deportes de motor.
También con la tercera generación nació el concepto “máximo espacio para la persona, mínimo para la máquina” (Man Maximum / Machine Minimum), un principio que desde entonces ha guiado los esfuerzos de los ingenieros de Honda para sacar el máximo provecho al espacio interior en toda su gama.
A medida que fue evolucionando y creciendo en tamaño, el Civic también incorporó la seguridad como un rasgo característico. Aunque la campaña general de la marca “Seguridad para todos”, que más tarde se convertiría en pilar fundamental de la marca, no se lanzó hasta el 2003, en el 2001 el Civic Coupé fue el primer compacto de los Estados Unidos en conseguir cinco estrellas de seguridad de la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), tanto para impactos frontales como laterales.