Abril de 1964 Ford presentó al mundo en el marco del “Salón del automóvil” de Nueva York, uno de los autos que con el tiempo se convertiría en uno de los modelos más seguidos, populares y legendarios del planeta.
También te puede interesar: ¿Conoces las ventajas de un motor biturbo?
Cuenta la leyenda que fue Joe Oros el encargado de realizar un segundo prototipo tras una experiencia con resultados no esperados de su primer Concept Car de la marca Ford.
Oros rediseño este concepto fallido y lo hizo más pequeño, ligero y con una imagen que no sólo transmitía fuerza, también lucia deportivo, dotado de un motor V6 con una potencia de 101 CV que inmediatamente fue reconocido por el Tiffany Award for Excellency premio otorgado al mejor auto en diseño americano y fue escogido como Official Pace Car en la carrera de las 500 millas de Indianapolis de 1964.
Así nació “Mustang”, un auto que compitió con el éxito de los coches europeos de la época y que tapó el bache económico para la marca, tras la caída en ventas del Ford Thunderbird.
Antes de bautizarlo oficialmente, la marca barajeo diversos nombres como “Puma” o “Cougar” (mismos que fueron utilizados en autos posteriores) e incluso “Torino”, pero finalmente se decidieron por “Mustang”, ¿el motivo del nombre? A ciencia cierta sigue siendo un mito pero una de las teorías a punta a dos razones.
La primera que el caballo salvaje norteamericano “Mustang” les pareció inspirador a los ejecutivos de Ford, ya que dotaba al auto de espíritu salvaje y fuerza al galopar, la segunda teoría dice que durante la Segunda Guerra Mundial el avión P-51, un caza de largo alcance y apodado “Mustang” fue el verdadero inspirador del nombre de esta leyenda.
Sea cual sea la razón, no pudieron darle mejor bautizo, pues este aunado a su particular estética y potencia lo hicieron vender el día de su lanzamiento tan sólo ¡20 mil unidades! y en su primer año llegó a las ¡417 mil! Sin duda un éxito rotundo.
Debido a la gran demanda un año más tarde (1966) vino el Shelby GT350 diseñado por Carrol Shelby que incursionó con una carrocería Fastback , motor V8 y 306 CV. Y para 1966 llegó el que sería el más emblemático de toda la dinastía, el GT500, de igual manera dotado de un motor V8 ahora con una potencia de 355 CV.
Debido a ello otras marcas como Dodge y Chevrolet, diseñaron también algunos de sus vehículos emblema como son el Challenger y el Camaro respectivamente.
Texto Raymundo Espinosa