Donald Trump, candidato a la presidencia de uno de los países que han apostado siempre a la innovación, declaró en el discurso que pronunció en Dakota del Norte su poca fe en los asuntos que tenían que ver con salvaguardar y preservar el medio ambiente y, por supuesto, en las normas establecidas por la EPA, Agencia de Protección Ambiental en Estados Unidos.

Con base en esta declaración, la pregunta siguiente sería: ¿qué piensa entonces Trump del uso de vehículos eléctricos? El panorama que podría desvelarse si el candidato en realidad juzga de esa manera cualquier apoyo para prevenir el cambio climático del planeta sería el siguiente:
1. Se acabarían los subsidios a los impuestos de este tipo de vehículos, como el Model 3 de Tesla, y en vez de que los propietarios pagaran $7,500 dólares de impuesto, este se elevaría drásticamente a $200, 000 dólares.
2. Se cancelaría cualquier tipo de investigación para el desarrollo de vehículos eléctricos, ya que su interés no sería el de mantener una buena calidad del aire.
3. Se rumorea que las petroleras son aliadas de la campaña presidencial de Trump. De ser este el caso, ¿a quién favorecería el probable futuro presidente de la nación si el apoyo financiero que ha recibido proviene de estas empresas?

En fin, el tiempo nos dirá cuál será el rumbo que tomará Estados Unidos acerca de sus políticas ambientales, que al verse afectadas frenarían esta área de la industria automotriz.