Mazda celebró su centenario en su sede de Hiroshima y  dará comienzo a un año de eventos, incluido el Salón del Automóvil de Ginebra 2020, durante el cual la compañía recordará su pasado y mirará hacia el futuro.

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Desafiando la convención

El coraje para cuestionar las prácticas comunes y forjar nuevos caminos en ingeniería y diseño que otros consideran inviables ha impulsado al equipo de Mazda desde 1920.

En el camino, Mazda fue la primera marca asiática en ganar Le Mans en 1991, lanzó comercialmente el motor rotativo en el icónico Cosmo Sport 110S, creó el roadster de dos asientos más vendido del mundo, el Mazda MX-5, que ha vendido más de un millón automóviles desde su lanzamiento en 1989 e introdujo el primer motor de gasolina de encendido por compresión, el Skyactiv-X.

Del corcho a los autos

Hace 100 años, Mazda era un productor de corcho de Hiroshima hasta que Jujiro Matsuda, un industrial, se hizo cargo de Toyo Cork Kogyo Co., Ltd en 1921 y transformó el negocio primero en un productor de máquinas herramienta y luego en un fabricante de vehículos.

El primer modelo era un camión de tres ruedas, el Mazda-Go, que salió a la venta en 1931. Resultó popular y experimentó una mejora continua, por ejemplo, recibió una innovadora transmisión de cuatro velocidades en 1938 que redujo el consumo de combustible en un 20%. Después de la Segunda Guerra Mundial, la fabricación de camiones se reanudó solo unos meses después del bombardeo atómico de Hiroshima.

Los vehículos comerciales permanecieron en el foco después de la guerra y el primer automóvil de pasajeros llegó en 1960 con el Mazda R360. El automóvil fue un éxito en el incipiente segmento kei-car de Japón, allanando el camino para la exitosa alineación de automóviles Mazda que vemos hoy.

Logrando lo imposible

En 1961, la compañía firmó un acuerdo de licencia con el fabricante de automóviles alemán NSU para desarrollar y producir sus nuevos motores rotativos compactos y livianos Wankel. Los ingenieros en Japón luego lograron lo que muchos pensaban imposible.

En 1967, el futurista Mazda Cosmo Sport 110S se convirtió en el primer modelo de producción del mundo con un motor rotativo. Fue el comienzo de una notable historia de éxito que vería a la marca lanzar numerosos modelos, incluido el Mazda RX-7, y vender casi dos millones de vehículos con motor rotativo a lo largo de los años. Mazda también demostraría su destreza tecnológica en la pista, convirtiéndose en el primer fabricante asiático en ganar las agotadoras 24 Horas de Le Mans en 1991 con el Mazda 787B de cuatro rotores, el único auto victorioso con un motor sin pistón.

El motor rotativo Mazda inspiró la innovadora gama de motores, transmisiones, plataformas y carrocerías de automóviles Skyactiv Technology de Mazda optimizados en nombre de la máxima eficiencia y para llevar a Jinba Ittai, la conexión entre el automóvil y el conductor, a todos los modelos de Mazda.

Identidad distinta: amor por la conducción

Si bien el motor rotativo fue un ejemplo de la dedicación de Mazda a los autos divertidos para conducir, fue después de que el nombre de la compañía cambió oficialmente a Mazda Motor Corporation en 1984 que realmente mostró su amor por conducir con el lanzamiento en 1989 de un roadster ligero llamado el Mazda MX-5, un momento en que los descapotables de dos plazas estaban prácticamente extintos. Hoy, cuatro generaciones después, el Mazda MX-5 sigue siendo el roadster más vendido en la historia, superando la marca de un millón de unidades de producción en 2016.

Es el amor por la conducción el ADN que se encuentra hoy en toda la gama de Mazda y permanecerá durante los próximos 100 años a medida que la industria automotriz continúe experimentando cambios significativos.

Los próximos 100 años

Hoy, Mazda tiene una gama de autos, diseñados usando el lenguaje de diseño Kodo - Soul of Motion que están ganando premios en todo el mundo y la marca continúa desafiando la convención con el lanzamiento de su primer vehículo eléctrico, el Mazda MX-30.

Un modelo para el futuro, también respeta el pasado de Mazda con una cabina con corcho ecológico, que se remonta a los humildes comienzos de la compañía como Toyo Cork Kogyo.

"Al mirar hacia los próximos 100 años, continuaremos desafiándonos a nosotros mismos para crear productos, tecnologías y experiencias únicas que nuestros clientes adoren", dijo el presidente y CEO Akira Marumoto.

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