Para muchos aficionados al Tuning, las modificaciones a sus autos pueden significar un concepto bastante apremiante, sobre todo si fuiste tú, quien le añadió un kit de llantas o suspensión básica, es más si fuiste capaz de poner la mano de obra, para el cambio del escape, podría significar algo sumamente gratificante y de lo que puedes estar orgulloso y probablemente lo quieras presumir.

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Sin embargo para los verdaderos preparadores, ya sea que se trate de un grupo empresarial o bien de un individuo, las preparaciones automotrices son verdaderas adecuaciones que van a profundidad, lejos sobre todo de aspectos superficiales, por lo que cuando mencionan la frase “construido, no comprado”, se refieren a algo sumamente maravilloso.

Por supuesto que en todos los casos adquirieron el o los autos a fusionar como todos, proveniente de algún fabricante conocido, pero después, literalmente los cortaron, los desmembraron, los adecuaron, los prepararon en su ingeniería, mecánica y estética e hicieron lo que quisieron, para lograr un verdadero “construido, no armado”, así es que los demás, solo están fingiendo.

Este es el caso del Sudafricano  Quentin Boylan, el dueño del único Lotus / Mercedes-AMG, una creación personal de algo tan salvaje como espeluznante.

¿Por qué lo digo?

Debajo del capó, esta bestia cuenta con dos cilindros más sobre lo que ofrece el Lotus Exige de serie, ya que el motor proviene de un Mercedes-Benz SLS AMG el M159 de 6.2 litros de aspiración natural, que incluye entre 571 PS desde el primer momento y 631 PS para la Serie Black.

La brutalidad de esta combinación se traduce en 567 equinos desafiantes, más de doscientos caballos con relación a la versión original del Exige, así como 531 libras pie de torque, es decir unas 250 libras más de las 295 originales .

El inconveniente aerodinámico que tuvo que enfrentar Boylan, fue la ligereza del Exige combinado con esa potencia,  emocionante y desafiante o terrorífica debo decir.

También tuvo que integrar una transmisión automática secuencial Albins ST6 desarrollada originalmente para los Ferrari GT3 y GT4.

Por lo que para soportar dichas prestaciones, también se tuvo que modificar el chasis 150 mm de largo, por ello lo extendió con mucho cuidado de no dañar la integridad del auto, así como también ensanchó sus caderas en  100 mm y luego añadió la carcasa de carbono montada sobre el tejido de los tubos cromoly para albergar el Motor M159 con mayor cilindraje.

La personalización también incluyó el alerón trasero del Ferrari F430 GT3 así como la adecuación del conducto de techo para mantener lleno de aire fresco el habitáculo.

En su mecánica de frenado fueron agregados discos AP Racing Pro 5000R de 6 potes, los rotores ranurados de 2 piezas y las almohadillas de carrera, listas para mitigar la furia de rodada de los neumáticos 18 × 10 y traseros de 18 × 12  pulgadas en ejes delantero y trasero respectivamente.

La carrocería es de fibra de carbono y fue moldeada por Anton Dekker y Jimmy Staines de Exclusive Conversions, quienes primero moldearon con madera para crear cada curva y detalle.

La carrocería ya la habían destinado tiempo antes para otra preparación por lo que lo único que respetó fue la almeja trasera que se mantiene como una genuina Exige.

El divisor delantero y el difusor de aire trasero son solo algunas de las múltiples partes realizadas a medida.

La suspensión cuenta con amortiguadores  ajustables de 3 vías de la serie AST 5300.

Por el interior la fibra de Carbono-Kevlar es excesiva, y se encuentra tanto en escalones, tablero, asientos, en todo lugar, la preparación es súper ligera y con una fortaleza devastadora.

En realidad se trata de un vehículo único y en un tono amarillo favorito de Quentin que lo hace lucir salvaje.