El día de ayer se celebró el día del niño y mientras la tarde transcurría, fue inevitable echar la memoria hacia atrás para recordar algunos instantes de mi infancia, relacionados con la experiencia de un servidor en los autos, desde el aprender algunas partes mecánicas como herencia de mi padre, hasta la primera vez que encendí un auto (como a los 8 años) y por supuesto la serie que llamó mi atención, “El auto fantástico”.

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Knight Rider (nombre original de la serie) protagonizada por Michael Night (David Hasselhoff), a bordo de un Pontiac Firebird, Trans Am, daban vida a dos personajes dedicados a combatir la maldad humana. Para ello el un auto increíble , se encontraba equipado de las mejores prestaciones tecnológicas para la época futura, súper veloz, súper inteligente, súper musculoso y la conciencia de “Pepe Grillo, para ser el mejor amigo.

Knight Industries TwoThousand, (KITT) eran las siglas de la compañía ficticia que lo había fabricado y más allá de que la nave fuera lo suficientemente futurista, pues comparado con lo que podría tener hoy un auto fantástico, tal vez se queda corto, el Trans Am utilizado para la serie original, tiene una cualidad indiscutible, el carisma único del modelo.

EL siempre imitado pero jamás igualado KITT, no era otro que un musculoso diseño, al cual se le había retirado el águila icónica del modelo original,  para  darle un estilo más futurista, que dejaran lucir su frente afilado sin distracciones.

Una computadora capaz de interactuar con su compañero humano, diseñada para aprender y no solo eso, también insinuar emociones humanas, eran algunas de sus cualidades ficticias.

La carrocería antibalas y explosiones, que por cierto también resistía altas temperaturas, así como un motor turbo que lo llevaba de 0 a 100 en 2 segundos, eran nada comparados con el lanzallamas, misiles propulsor de gas, un motor hiper silencioso y los asientos preparados para la expulsión de tripulantes (claro con paracaídas como si se tratara de un avión de combate), además del laboratorio para la examinación de sustancias, como si se tratara de una unidad móvil para análisis clínicos, eran solo algunas de las maravillas de su equipo.

Obvio, la nave acaparó millones de fans en el mundo, casi todos incrédulos y sin mucho conocimiento del modelo original, que no es menos interesante.

El V8 con carburador de 4 cuerpos asociado a una transmisión automática de 3 velocidades y una potencia de 310 equinos, suficiente para mover de manera agresiva los casi 1700 kg de peso, no significaban mucho cuando veías lo atrevido del diseño, que fue precisamente creado para ofrecer espectacularidad y rareza con altas prestaciones.

Pero más allá de las altas prestaciones, el diseño espectacular o las pasiones ficticias que pueda generar esta nave, quedará siempre en el corazón de los niños de los 80s y 90, cuando aún existía la costumbre familiar de reunirse todos juntos, a la misma hora, en una sola sala, para disfrutar el mismo programa.

No se ustedes, pero mi infancia, yo así la recuerdo.