Desde la aparición de Porsche con el Type 356 en 1948 la marca ha tenido un sin fin de éxitos e innumerables reconocimientos pero detrás de está gran historia existe una gran leyenda.

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En 1898 un hombre llamado Ferdinand Porsche dejaría grabada su huella en la historia del auto, al presentar al mundo su fascinante maquina llamada P1 en abreviatura al nombre original que era bastante largo “Egger- Lohner Electric Vehicle, C.2 Phaeton Model ”.

El vehículo fue uno de los primero matriculados en la antigua Austria y las siglas P1 fueron grabadas en las partes principales del vehículo, dando así inicio a una larga tradición que continua hasta el día de hoy.

Cuenta la leyenda que la prueba que lo catapultó a la cima fue la Exposición Internacional de Vehículos con Motor, que 1899 se llevó a cabo en Berlín, Alemania.

Se trató de una competencia organizada para probar los mejores sistemas de propulsión en vehículos motores en una distancia de 40 km. La justa exigía una gran habilidad para los competidores pues contaba con obstáculos, pendientes y conducción urbana. La prueba fue ampliamente dominada por el moderno e innovador P1 piloteado por su propio creador, acompañado de dos tripulantes más.

Durante el recorrido logró sacar una ventaja de 18 minutos con respecto a su más cercano rival sin contar que más de la mitad de los participantes no terminaron el evento por problemas técnicos. El maravilloso P1 también ganó la prueba de eficiencia con el consumo de energía más bajo en conducción urbana y no sólo eso, entre sus cualidades estéticas, visuales y de diseño, poseía la capacidad de modificar su carrocería, al utilizar una alternativa para invierno.

Técnicamente poseía motor eléctrico de 130 kg de peso, Ofrecía una potencia de 3 Hp. Y en periodos cortos, sobrecargándolo podía alcanzar los 5 Hp. Es decir una velocidad oscilante entre los 30 a 35 km/hora. Lo que le permitía una autonomía extendida de hasta 80 km, ¡impresionante para la época!

De esta manera Porsche hizo volar la imaginación del mundo automotor de la Europa del siglo antepasado y lo sigue haciendo, sólo que hoy, a nivel mundial.

Texto: Raymundo Espinosa.