Desafortunadamente en época de lluvias los materiales que recubren la superficie se reblandecen y como sucede comúnmente en la CDMX se abren nuevos o se amplian los ya existentes baches.

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Para mala fortuna son demasiados y aunque el gobierno capitalino promete pagar daños, siempre será mejor aplicar algunas medidas para no caer, dañar o disminuir el riesgo causado por caer en ellos.

Cuidado con la profundidad

Cuando llueve a menudo encontramos zonas donde hay encharcamientos y en ocasiones solemos transitar sobre ellas a una velocidad que no es prudente, pero ¡cuidado! Al no poder ver con claridad lo que hay debajo del nivel del agua, incrementas el riesgo de caer en un bache profundo o en una coladera abierta, así es que mejor disminuye tu velocidad y evita pasar por zonas encharcadas.

Baja tu velocidad

Sabemos que llevas prisa y cuando llueve lo que más deseas es llegar a tu destino, donde una taza de café caliente probablemente te aguarde, pero no comas ansias, baja la velocidad y observa hacia delante, si detectas un bache pásalo lo más lento posible, recuerda que el caer en un bache a velocidad aumenta los daños a tu vehículo.

Checa tus neumáticos

El traerlos a una presión adecuada disminuirá en caso de caer en un hoyo, el daño hacia tu nave, recuerda que si el neumático no está a la presión adecuada (como indica en el manual) se puede ocasionar una ruptura del mismo y si por el contrario se encuentra con presión de más, tu auto se vuelve más susceptible al daño.

Si por desgracia caes

Busca un sitio seguro y checa tu auto, si peor aún mientras avanzas escuchas ruidos, intenta orillarte y checar dónde se encuentra el desperfecto, si te es posible no avances más, ya que un daño leve como pudiera ser los problemas en el escape o la alineación producto del impacto se pueden transformar en problemas más serios y mayormente costosos si no los reparamos de inmediato.

Prevención

Todos estamos expuestos a caer en un bache por lo que debes traer la herramienta necesaria en caso de una emergencia, como puede ser la ponchadura de una llanta. Carga siempre en tu cajuela un gato hidráulico, llave dinamométrica, así como pinzas de mecánico y alguna cuerda como la piola, por si  debes sujetar algo.

Toma en cuenta estos consejos y que tengas un feliz recorrido.

Texto Raymundo Espinosa