Imagina un mundo en el que atravesar cruces muy transitados no requiere esperar en un semáforo en rojo y que la única razón para detener su coche es porque ha llegado a su destino.
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Ford está probando una nueva forma en la que la tecnología de los coches conectados podría ponernos en esa situación, y eso se basa en la forma en que los humanos negocian su camino a través de multitudes ocupadas, disminuyendo la velocidad o acelerando para evitar colisiones, sin llegar a un punto muerto.
Intersection Priority Management (IPM), que se está probando esta semana en las calles de Milton Keynes, Reino Unido, como parte del programa UK Autodrive, tiene como objetivo mantener a los conductores en movimiento y poner fin a las paradas innecesarias en los cruces, facilitando el flujo de tráfico y aumentando la seguridad y la eficiencia.
"Sabemos que los cruces y los semáforos pueden ser un verdadero problema para muchos conductores", asegura Christian Ress, supervisor de tecnologías de Ayuda al Conductor, del departamento de Investigación e Ingeniería Avanzada de Ford. "Con la tecnología de coches conectados que hemos estado probando esta semana, prevemos un mundo en el que los vehículos sean más conscientes unos de los otros y de su entorno, permitiendo una cooperación y colaboración inteligentes en las carreteras y en los cruces".
Cada año, los conductores pasan una media de dos días esperando en semáforos. Los cruces no solo pueden ser frustrantes, también son la causa de hasta el 60 por ciento de los accidentes de tráfico. Además de ahorrar tiempo, evitar detenerse en los cruces también podría ahorrar combustible, ya que los conductores evitan frenar y acelerar para evitar semáforos.
IPM utiliza comunicaciones de vehículo a vehículo (V2V) para coordinarse con otros vehículos en las inmediaciones y sugiere las velocidades óptimas que permitirán que los vehículos pasen unos junto a otros de manera segura en los cruces sin detenerse.
Para las pruebas, los coches de prueba han sido equipados con sistemas de comunicación V2V que transmiten la ubicación, dirección de viaje y velocidad de los vehículos. Los sistemas IPM de a bordo son capaces de identificar un cruce próximo y la trayectoria de otros vehículos que se aproximan a él. A continuación, sugerirá una velocidad óptima para cada vehículo a medida que se acerque al cruce que le permitirá atravesarlo de forma segura.
Los vehículos utilizados en las pruebas tienen personas al volante, pero se prevé que los vehículos autónomos también puedan beneficiarse de esta tecnología. Automatizar de esta manera la forma en que los vehículos gestionan la circulación en los cruces puede significar que, algún día, los vehículos puedan atravesarlos de forma segura y eficiente sin necesidad de semáforos o señales de tráfico. Mientras que los vehículos autónomos de hoy en día funcionan de forma independiente empleando tecnologías de sensores, las tecnologías de comunicación V2V y V2X (vehicle-to-everything) podrían resultar beneficiosos para los vehículos sin conductor del futuro.
IPM se basa en otras tecnologías de coches conectados desarrolladas por Ford y sus socios de proyecto como parte de UK Autodrive, un programa con un presupuesto de 20 millones de libras esterlinas (unos 22 millones de euros) que lleva las tecnologías de coche conectado y autoconducción de la pista de pruebas a las calles.
Entre las tecnologías presentadas durante el programa de dos años, que finaliza esta semana, se encuentran el aviso de colisión en cruces, que alerta a los conductores de posibles accidentes cuando se acercan a una intersección, y el aviso de velocidad óptima de semáforo en verde (GLOSA), que ayuda a los coches a sincronizarse con los semáforos cercanos para evitar que se queden atascados en el semáforo en rojo.
Otras características demostradas incluyen el Collaborative Parking - que construye un mapa de las plazas disponibles en el aparcamiento - y el Aviso de Vehículo de Emergencia, que avisa a los conductores de la ubicación y distancia de un vehículo de emergencia que se aproxima.