No cabe duda, que el nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, marcará su mandato con amenazas al propio sector manufacturero de su país que apoya gran parte de su producción en la mano de obra mexicana desde su territorio. La medida, ya bien sabida, abarca además las estrategias comerciales de las empresas norteamericanas en México.
Si antes Ford se había sentido amenazada por los dichos del ex empresario, teniendo que cancelar sus planes de inversión de mil 600 millones de dólares, ahora Trump arremetió contra otra de las organizaciones más icónicas del sector automotriz en América del Norte, General Motors.
Y es que en breve GM iniciará, o por lo menos esos eran sus planes, la producción del Chevy Cruze, lo que generó la amenaza de Trump de cobrarle una tarifa extra de impuestos por no fabricar desde su propio país y encima vender el modelo a los americanos, lo cual fue desmentido por la armadora que fue tajante al decir que este modelo se produce en su planta de Ohio y sólo una versión (la de 5 puertas) se exporta a otros mercados, como México.
Por otra parte, se sabe que General Motors despedirá a por lo menos dos mil empleados de sus plantas, esto debido a las bajas ventas que han registrado modelos como el propio Cruze de la marca Chevrolet o los Cadillac ATS y CTS, de Cadillac.
Desde luego, habrá que esperar lo que sucederá con todas las inversiones planificadas en nuestro país, y si acaso Estado Unidos no tendrá que solicitar la mano de obra de otra economía emergente latinoamericana.
Texto: Claudia Castillejos M.
Foto portada: El Informante.