En el año 2007, una compañía china realizó la colocación de la primera piedra de lo que sería su fábrica de autos en México, concretamente en Tecate, Baja California Norte, con el anuncio de invertir 300 millones de dólares para producir anualmente 50 mil unidades de la marca ZX Auto. Para la segunda etapa, la idea era construir una segunda planta e invertir una cantidad similar, en un evento en el que asistió el propio gobernador del estado de aquel entonces. Lo que se quedó en un intento fallido, sin embargo, para el año 2010 se retomó el tema, lo que igualmente quedó en un segundo intento fallido.
En ese intermedio, el empresario Ricardo Salinas Pliego, presidente de TV Azteca, en el año 2007 informó oficialmente su proyecto de producir autos chinos de la marca FAW en un terreno de Michoacán, lo que resultó igualmente en un intento que no funcionó. Para el año 2008, la otra marca china Geely, informó desde el Auto Show de Detroit, sus planes de producir autos en tierra azteca, lo que quedó igualmente en otro intento más. Y por si no fuera suficiente, apenas el año pasado la marca JAC hizo oficial su interés por producir y comercializar autos chinos en México, concretamente en Ciudad Shagún, de la mano del empresario Carlos Slim. Y recientemente la otra marca china Greta Wall Motor, según fuentes cercanas a la compañía, construirá una fábrica de vehículos en Nuevo León o San Luis Potosí.
Veamos así es qué terminan estas historias, en una realidad de que los autos chinos, no son los mismos de hace 10 años; ahora presentan mejores materiales y acabado. Y como sabemos, lo anterior deber ir acompañado de servicios, refacciones, créditos, personal capacitado, y toda una estrategia de publicidad y relación con los medios de comunicación.
José Antonio Durán