Siempre ha sido nuestro guía en la carretera y el responsable de transmitirnos esa sensación de libertad o de control cuando conducimos.
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Se trata del volante, cuyo papel evolucionó a lo largo de la historia: del aro que teníamos que girar con guantes para evitar las ampollas y conseguir mejor agarre, al gran aliado que ahora se estaciona por nosotros y nos permite controlar la velocidad, la música o el teléfono sin quitar la vista de la carretera. Repasamos cómo cambió a lo largo de casi 70 años de historia a través de seis modelos de SEAT:
-Años 50: en esta década, el volante es un aro delgado, grande y rígido hecho de baquelita que hace que la conducción sea casi un ejercicio de fuerza. “Modelos lujosos como SEAT 1400, inspirado en los vehículos americanos, incluye detalles como el logotipo en cobre o el botón para realizar ráfagas de luces en el mismo aro. Incluso el cambio de velocidades se situaba en la misma columna de dirección” comenta Isidre López, responsable de SEAT Coches Históricos.
-Años 60: en los modelos que compraba la clase media, como el SEAT 600, el volante se reducía a su mínima expresión. “Se trata de un elemento para poder girar el automóvil, no tiene mandos ni logotipo y tan sólo incorpora un claxon, que en aquella época era clave para advertir de nuestra presencia a otros conductores y a los peatones, que no estaban acostumbrados a convivir con los vehículos”, comenta el experto.
-Años 70: en la historia del volante, el aro reduce su tamaño paulatinamente y se emplean nuevos materiales sintéticos acolchados para aumentar la comodidad y seguridad de los conductores. En los 70 nace SEAT 850 Spider y los volantes deportivos se convierten en un símbolo de glamour. En esta época, se empieza a usar el metal en los radios y se añaden los clásicos agujeros circulares. Isidre López cuenta que “este modelo causó sensación por su diseño deportivo y estilo. El acabado de madera le daba un toque de lujo y se combinaba con los dos radios agujerados que le otorgaban el aspecto de auto de carreras”. Modelos como el SEAT 124 se convierten en un éxito a finales de los 70: “El claxon ya no está situado en medio sino en el lateral de los dos radios horizontales, y se activa con el pulgar”, explica López.
-Años 80 y 90: con la llegada de la dirección asistida, el diámetro del volante se reduce a la vez que permite al conductor ganar en comodidad y seguridad. “En los primeros SEAT IBIZA, esta pieza es más gruesa y está hecha de un material parecido al caucho, por lo tanto, es más moldeable y ergonómica”, comenta el responsable de la colección histórica. En las próximas décadas se sumarán nuevas funciones: “La siguiente generación de Ibiza en los años 90 ya incorporará el airbag y, en la tercera, el volante nos permitirá controlar el volumen de la radio y las emisoras”.
-Actualidad: asistentes para estacionarnos o corregir automáticamente la trayectoria y toda la información a mano. Son algunas de las prestaciones de las que dispone ahora el conductor: “Modelos como SEAT Ateca, Arona o Ibiza nos permiten controlar la temperatura, la música, la ruta, la velocidad o la autonomía e incluso llamar por teléfono desde el volante. Todos los datos nos aparecen centrados en el cuadro de instrumentos para evitar distracciones”, detalla.
-Los volantes del futuro: el conductor tendrá cada vez más control sobre el vehículo sin tener que quitar las manos del volante. Pero “con los años y el avance hacia el vehículo autonómo, incluso podrían llegar a desaparecer por completo”, concluye Isidre López.